Caprichosa pelota que casi nunca rebota hacia donde deseamos, pero eso la hace enigmática y sumamente seductora.- Luis García
Es difícil y complicado asimilar una eliminación en las formas que se dio la del domingo, una selección que como aquella de 1994 y 2006, nos hizo ilusionar y pensar que esta vez si era la vencida para nosotros, quisiera poder escribir que nuestra aventura continua, poder gritar que fue un domingo para recordar, pero los malditos fantasmas se nos volvieron aparecer, la necia crueldad del juego se ha impuesto de nuevo a nuestras ganas de trascender.

Esta vez fue la persistente terquedad del error humano, magia y maldición de este deporte, no es un excusa, solo un apunte de lo que pudo ser y ahora solo esta en la mente de cada uno de nosotros. Con el avance de los días se va asimilando el desconcierto ocurrido el domingo, ahora a muchos solo nos queda el continuo remordimiento que provoca el verbo de la derrota, el hubiera.
A la 1 pm del domingo 29 de junio a muchos la piel
se nos hizo mas sensible, el latir y pensar fue mas lento, pero de algo debemos estar seguros, después de Brasil nosotros ni ellos seremos los mismos, porque lo que hace un año era impensable, ahora es una grande realidad, la ilusión en este representativo creció y se apuntalo, otros podrán decir que sólo ha sido eso, una fugaz luz en un túnel oscuro, una simple ilusión, pero para mí puede ser el inicio de algo bueno, de un camino que volveremos a recorrer cuando el mundo del fútbol y el espectáculo de las naciones danzantes tras esa esfera se vuelva a reencontrar cuatro años mas tarde; algo dentro de esta selección ha cambiando, han aprendido, han crecido, cuanto, no lo se, solo el pasar del tiempo no lo hará evidente.
Hoy nos toca despedirnos de las mágicas canchas de esta competencia, pero nadie, si, nadie, nos podrá robar la alegría del gol que gritaste de Peralta ante Camerún liberando toda la presión de 7 meses de angustias, la fascinación que provoco Memo al salir como héroe al arrancarle ese empate frente al anfitrion, nadie podrá anularte los goles de la soberbia demostración que dimos contra Croacia, ese gol de Rafa que pudo ser el ultimo que gritamos de el en un mundial, y nadie podrá quitarte el grito ensordecedor que diste con el gol de Gio, y así nos despedimos de Brasil, nos vamos perdiendo, pero muy lejos de irnos derrotados, ojala estos días que aparentan ser oscuros sean el inicio de una grandiosa y larga historia, en donde el México joven e irreverente que se ha despedido frente Holanda nos maraville de nuevo cuando el calendario diga Junio 2018.

Hasta luego a esta tierra llena de color y por supuesto de fútbol, pero seguiremos recorriendo el camino buscando alcanzar y vencer el destino de mundiales pasados. Sabemos que esta pasión nunca cesará, es real y esta presente en cada uno de los que nos maravillamos con el deporte, esta ilusión es parte de ser mexicanos, es parte de nuestro gran destino.
Gracias por hacerme soñar, porque Creído siempre lo he hecho.

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